DIME VEN Y ME VERÁS IR (poema)
Seguirán las gotas de rocío cayendo
de mis ojos
cuando te refieres a la muerte
de forma cruel.
Ella no es sanguinaria porque sí
ni dejará de serlo de la noche a la mañana.
Amanece en silencio frente a su pasajero
y viajan juntos hasta su destino
cuando estén de acuerdo.
La luz se establece tal punto de partida
y la oscuridad su lugar de recalada.
No es mala porque sí
sino útil a la condena, al destiempo
a la agonía y al suero...
Es útil a la vida que se acaba y al despertador
que agota su batería a la hora de partir.
La Parca susurra al oído.
Rescata de día y de noche
a los vivos que la reciben,
con miradas extrañas
sintiendo el abrazo que les da.
No se esconde porque siempre consta
en las quejas y en el suburbio.
Del luto se dice mucha cosa mala
cuando nada hay que escribir.
Murmurar después no es útil
y cuando los silencios son más rentables
que palabras mal entonadas
amanece otro deudo llorando.
Te llamo Parca con angustia
porque te espero desde ayer.
¿Por qué cuándo llegas me ignoras
y no me diriges la palabra?
Estiro los brazos para abrazarme a tu cuello
te cojo de la mano y te retiras sin mí…
Despierto.
Cuando amanece y respiro
espero que me digas: -Ven
y me verás ir...
Jorge Stteger Bongoâ