EL ENCUENTRO (poema)
La cama estaba sola hasta que llegamos. Desvestimos los cuerpos envueltos en sal apoyé mi frente en tu costillas y recorrí tu piel con la punta de la nariz. Después dejaste caer tu mano en mis intensiones. Hubo guerra, mucha guerra. Una ducha más tarde que la hora de la cena. No cenamos. Un desayuno permitió conocernos. Dijiste tu nombre y yo el mío, nos dimos los teléfonos, nos dijimos hasta luego y luego nos volvimos a ver… Jorge Stteger Bongoâ