QUEDATE (poema)
Tengo en mi agenda doscientas razones
para compartir mi vida contigo
pero una para alejarme como se aleja
un loco de la comida del hospital.
En el buzón tengo todas tus cartas
enrolladas para que ninguna me falte
a la hora de la tortura.
Sólo una razón me lleva a preguntar
¿cuánto pasa por tu cabeza, por tu matriz
por tus ovarios y lo que resta de cerebro?
En este tiempo en que mi vista es blanca
que es todo secreto y es todo muy anatómico
presento mi renuncia al mundo y a tus dichos.
No me quedo con los restos de tus ensayos
y palmaditas en las espaldas.
A tu obra la firmaste con un “déjame” rotundo.
Lo escribiste una, dos, tres mil veces
millones de veces y trillones también.
Largo fue el camino por lo intenso no por el tiempo
y lo repetiste a lo largo de ese trayecto
como si fueras una desquiciada con chaleco.
Mucha cosa me llevó a tu puerta
y me quedé sentado en la antesala del infierno
esperando que diera la hora.
II
-Disculpa pero mi teléfono suena.
Me llama alguien que insiste en llevarme con él.
Despídeme de los que piensan que soy un ogro
y me despido de ti
con absoluta ternura y el amor que me sobró
de la última vez que estuvimos juntitos.
Te ruego que no insistas en volver sobre los pasos.
Tengo las huellas seleccionadas
por día y por lo traumáticas que fueron.
Las tengo archivadas en el espejo empañado del baño
y no las borraré para no caminar sobre ellas nuevamente.
III
La frontera del otro barrio está a pasos.
Está tan a la vista de los que ven,
que casi la palpo.
Tan cercano está el destino
como la luna lo está de los enamorados.
No quiero que vengas conmigo. Quédate y goza.
Subiré al tren. Iré de una posta a otra
hasta los brazos infinitos del adiós.
Jorge Stteger Bongoâ