Lato y te beso...

Publicado en por Corrección de textos literarios y traducciones

Con un dedo sí y otro también, -llenos de apuntes-, llego y me paro frente a ti. Me rodeas con tu mirada felina cuando está el crepúsculo caído a las puertas del templo.

La brisa llega al parque con el viento nativo de la mano. Todos conocen a los árboles del paseo y el lugar donde los amantes aman.

La idea de hacer lo que sea, cuando se cierre la puerta con nosotros dentro, nos hizo mirar el reloj varias veces antes de la cita.

Entraremos sin sospechas al cuarto cuando seamos capaces de atravesar el portal de la calle Mayor.

Después de los vientos volveremos a ducharnos y peinarás tu cabellera azabache, acomodaremos la ropa al más puro estilo citadino y al salir, caminaremos entre otros como dos desconocidos.

Después de programar otro encuentro, cuál de los dos soportará las paredes que nos asfixian, cuál de los dos caminará sonámbulo y cuál de los dos resistirá al deseo de romper copas para cortar en cachos, esta distancia infame.

Con la prisa estallada en los días del calendario, lloverá y volverá a nevar todo el tiempo de lejanía. En ese tiempo estaremos a la deriva y moriré con las lágrimas petrificadas a lo largo del rostro y solo un beso tierno y tuyo, me volverá a la vida.

Quiero mantenerte despierta entre estas sábanas pero sé que con los orgasmos aún calientes volverás a tu casa y la pena, –como siempre-, enfriará todo...

Sabemos de nuestra urgencia por besarnos y volver a que te mime pasando una pluma en tu piel desnuda.

Seguiré viendo cómo la luz entra por nuestra ventana cuando me despierte sin haber dormido.

Con mi curtido léxico y cero abecedarios, encuentro en ese montón de palabras atravesadas, escasas preposiciones y dos verbos para componer una pancarta que declare la apología del amor.

Tu naturaleza me inspira. Con tu sonrisa me envuelves y en venganza, en tus caderas mantengo la fuerza de mis manos y en tus senos, mis maliciosas miradas.

Eres naturaleza, eres tez morena... y te amo como se ama a la mejor mujer.

Con vehemencia, después que siento cómo se abre tu alma bajo la piel que se estremece bajo las cosquillitas que te producen las yemas de mis dedos, disipas las dudas de tus poros y te amo por la simple voluntad de mi carácter primario, que desarrollé en los talleres de mis manos y miradas.

¿Es genuino el tiempo que lleva el encuentro buscando unificar nuestros alientos con un sorbo de rocío, una mirada al mar y un hola mi amor?

¿Es necesaria tanta distancia para desearnos sin que se produzca un llamado para migrar?

La próxima vez que nos veamos, abriré los brazos que te recibirán fuertes y serán ellos quienes definan y sellen nuestro amor; porque me niego a morir en un parque viendo tantas noches diáfanas y estrellas cayendo sin penetrar en tus miradas las mías…


JorgeSB

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post