VUELVE Y DAME UN BESO

Publicado en por Corrección de textos literarios y traducciones

Detrás de un solo de guitarra, se esconde la copla donde se corta y confiesa el sentimiento menos amable del león.
La púa rasga cuando saborea a las cuerdas que sirvieron para manifestar el arte. Como desagravio, las uñas afiladas de un gato sin pedigrí, hacen lo suyo frente al sofá. Su sombra no es nada agradable de ver. Confundió las ojivas nucleares de su amo con estrellas y jugando con todas, las explotó.
El lujo de muchas almas, sin ser pocas o de un solo color, forma una sutil capa de venganza. Tal distinción obliga a otros a sacarse el sombrero frente al rey cuando al plebeyo, el frío le cala los huesos.
Cuando cantan los cantantes y el coro es de miles, les tiembla el corazón en las gargantas. Suben escaleras y no dejan de bajar al tiempo que las luces se opacan en los ojos de los que jamás aplauden a los que todos aplauden.
El tiempo pasa desnudo frente a nosotros. Tan sin piel, sin respaldo y sin huesos que la nada tiene más carne que los números en el reloj de Dios.
Se apagan cientos de fanales y las morgues están llenas de gente sin luz. En otras estancias se encienden vidas y cobra vida la muerte. Las estatuas entre la barbarie y el alba coquetean entre sí.
Posan resignadas y entre sus silencios, los pájaros amanecen antes que el sol.
Pasan trenes que veo desde la claraboya de mi alma y la noche descansa en la ensaladera de un tugurio del arrabal. Está casi vacío, solo estamos tú y yo. Yo presente, tú en mis efemérides.
Otra vez el alba me descubre pensando en nosotros. Hubiera querido que la suerte pudiera apreciarme un ratito eterno de tiempo pero no, prefirió darme la espalda.
Divagué apenas un siglo pensando que estuviste a mi lado toda la noche pero el día sigue y todo es igual de lo que fue ayer.
Quise que me devolvieras tu fuente porque moría de sed y ven; trae tu alma y tu risa porque no me resigno a ver que te disipas.
Con el insomnio en la almohada quiero que la nueva vigilia sea de esas, donde te fantasee saboreada y que amanezcas a mi lado entera, sin haber hurgado poco en tus poros y sin que hubieras dejado de jugar conmigo.
Amanece otra nueva vez entre los ronroneos del gato y veo que el reloj gira como le place y las agujas están en pie.
Sus manecillas son excursionistas que van al contrario del clima y escupen escorpiones.
El gato finge no saber nada de la explosión y tú que no me llamas ¿qué haces?
¿Finges estar decepcionada en tus días de novia y sigues trepada en el trapecio donde con tu manta abrigas el adiós que me gritaste?
Vuelve y no me prives de un beso nuevo pero aquí, en mis labios y con literalidad fundada en el tacto porque muero sin respuestas.
La copla sigue. El león rasga el silencio con el arte de la amargura en su guitarra flamenca y yo sigo mirando atrás.
JorgeSB

Para estar informado de los últimos artículos, suscríbase:
Comentar este post