MI PUTA (poema)
Desnúdate.
Piensa que te veo a partir de la voluntad
acostada en la cama que nos envió,
a cabalgar en las llanuras extensas del siglo.
El almacén de deseos arde en ti.
No olvido el rozamiento entre las pieles nuestras,
no se olvida lo que es bueno para el recuerdo.
Estamos sujetos en el interior de los besos y miradas.
Aparecemos
dentro de un marco de fotos lánguido y opaco.
Nos llama la soledad
Los besos
están en otro departamento del mismo quiosco.
Se compran y se venden
los mismos que usamos en otras bocas.
Se devuelve al portador con intereses pero al final,
cuando la luz se apaga y el coche regresa al garaje
el interior mostrado a través del agua en la ducha
se hace añicos
y el vómito es pronto y helado como el alma.
Desnúdate y continúa desnuda a mi vista portuaria.
A partir de mi voluntad,
no te faltan los dedos caminando las espaldas
mi lengua pasando por tu zona arrabalera
rozando la sima de tus senos ricos
y tras tus orejillas, no faltan los escalofríos.
Son arripíos concientes y secuenciados
con las burbujillas de la champaña y,
sólo mis pies rozan lo que te encuentran a tu paso.
No faltan las sorpresas.
Hay flores envueltas en deseos, rosas granas pecado
sentimientos anidándote desde la siesta
y flotas como lo hace mi paso
en el navío de las quimeras.
Con los besos demorados
en los surcos del tango y del diptongo canchero*
el mundo se pinta y sin tormentas ni dolores,
los orgasmos llegan y saben a niebla.
Mis sentidos a través del recuerdo se quedan
y no se atribuyen fiestas ni horas.
La policía no festeja la explosión en tus clamados.
El cura se persigna y babosea en bulerías.
La vieja en el confesionario se revuelca de envidia,
la morgue y sus difuntos muertos en el infierno festejan.
Miran los fantasmas deseándote como yo lo hago.
Juegas con tu cuerpo de un lado al otro de las sábanas
y yo
en el barco de las quimeras.
El boulevard queda atónito y sus pájaros suspendidos
sobre las bocanadas de tu aliento.
Los semáforos explotan a la vez,
que los coches montan las camionetas en celo.
La televisiones paran de transmitir
y sigues jugando con tu cuerpo
como juega una puta gata
con los ratones de su esquina.
Eres mi santa puta.
La de piel desnuda y transpirada
la de aliento a sexo, la de sexo en el aliento
y en las entrañas.
Eres la chica de biquini invisible,
de pezones firmes y robustos,
hembra de una cárcel cercana a la tierra
y mujer de mis amores con desventuras.
Eres mía PUTA de rojo intenso
Eres puta como me gusta y mala
como la fiebre urticante de mis eyaculaciones
desprovistas de vergüenzas y horarios…
II
Ahora
cielo santo,
vístete si quieres
y si quieres,
salgamos a caminar de la mano…
*Canchero. Lunfardo argentino ig a fanfarrón, creido...
Jorge Stteger Bongoâ