SABES A QUÉ ME REFIERO cuento
No hay nada más que noche después de la lluvia. Al hermano de mi padre lo interrumpe el gallo pero sigue muriendo.
Al volver, paseo por el cuarto de mi casa cuando niño. Recuerdo cuánto sufrí con las heladas en las orejas camino a la escuela y el frío en los pies...
La máxima discreción en el perfume, el traje y la arrogante forma de freír un huevo, hacen la diferencia entre la ranchería y mi presente.
Nunca más dormirá en su cama el último de mis tíos. Caen mientras lloran, hojas al lado del arroyo y sus aromas. Mariposas azules recogen el canto de gorriones para abastecer el aire del recogimiento y en la tarde la lluvia arrecia.
Con las imágenes antiguas percibo que la casa de mis padres nunca fue un auténtico refugio, y cuando regrese a mi piso, lo será, ¡sabe dios qué!, en la capital.
Cuentos cortos: A CORTAPISA
Jorge Stteger Bongoâ