SOBRE EL MAR Y TÚ (poema)
Estoy parado en aquella extraña dimensión llamada alma
y encontré por acaso una exquisita capacidad de amar.
Como gorriones bebiendo el canto del amanecer
como estudiantes en un luminoso día de domingo
como hormona recién levantada para santiguarse
un día te descubrí en mis brazos.
En el poco fluir del blanco y entre los vientos
que despeinan las dunas
supe entender tus caricias y gestos
cuando hicimos el amor...
Vi una barca de pescadores
amarrada a la distancia
y también el agua salada a mis espaldas.
No hay barcos después de la niebla
y el aire azul no se apoya en las golondrinas
Esa lánguida barca de madera sigue anclada a la nada
sobre su verdugo mar de arenas blancas
y así como ella está alejada de los brazos del mar
así de lejos estoy de ti, mujer amada.
Porque recuerdo aquél océano Atlántico
que me acercó a los mares del mundo
y porque recuerdo que quise saber
qué había detrás del horizonte
del que todos hablaban
estoy aquí sin encontrar respuestas.
Del horizonte, concluí no hace mucho
que los colores son sumas de olores e historias
y que su curva tornasolada
se asemeja cada vez más a los vientres de musas.
Lo mismo pasa con las quimeras y el apego.
Guardo experiencias en las solapas del gabán
y con las manos en los bolsillos camino todavía
descubriendo el futuro que se extiende bajo mis pies.
Respecto a mi amor por ti...
estás lejos cielo…